Uzumaki (1998 – 1999)

Difunde cultura

En un mundo lleno de sombras y secretos, la verdad es solo una ilusión que nos mantiene atrapados en un ciclo interminable de mentiras y engaños.

Junji Ito

¿Que es una espiral? si no más que la repetición continuada de un círculo consecutivamente más pequeño (o más grande) que su anterior o posterior dependiendo del punto de partida del mismo. ¿Que es la neurosis obsesiva? si no más que la repetición de un mismo pensamiento convulsiva y obsesivamente en mayor o menor intensidad. La geometría del círculo representa el pensamiento constante mientras que su repetición establece una frecuencia y una intensidad o amplitud, por ello la espiral participa de la geometría adecuada para establecer las tres características esenciales de una obsesión: frecuencia, intensidad y pensamiento, la combinación perfecta que abre las puertas a la imaginación, el sueño, y cualquier otra forma de representación visual dotada de significado.

Pero, ¿qué es el terror, acaso existe realmente? ¿no es un simple constructo mental basado en el desconocimiento y la incertidumbre absoluta sobre algo o alguien (el hombre del saco, el monstruo del armario…) que probablemente no exista?. Y ahora yendo más allá de su propio significado y manifestación psicobiológica, acaso es posible dibujar o representar el terror? ¿Qué forma tiene el miedo? ¿Se puede huir de lo oculto, de lo desconocido si ello no es externo, pues sin duda, el miedo pertenece al ámbito de lo humanamente interno y propio como una cualidad ad intra?. Cómo es posible representar una emoción de manera visual? ¿Es este uno de los aspectos y propósitos fundamentales del arte?. Es completamente evidente que todas estas preguntas abren una serie de interrogantes absolutamente intrigantes, al igual que la propia obra de Junji Ito.

Este autor singular, maestro en el género de terror manga nació en la prefectura de Gifu en 1963 (Japón), al leer su biografía nos damos cuenta que sin duda sus vivencias de infancia, las lecturas de otras publicaciones manga de la época junto con la experiencia del túnel subterráneo lleno de grillos araña debieron improntar su huella en la frágil mente aún en desarrollo de Ito. Los temas que le interesan están completamente definidos, el horror, la muerte, la sangre, lo desconocido, la transmutación física de los cuerpos, la existencia de una fuerza superior desconocida y perversa que envenena y corrompe el alma humana (y animal, Gyo). Todo esto tiene su antecedente en autores del siglo XX como son H.P. Lovecraft y E.A. Poe, los verdaderos maestros del terror moderno, Poe desde la fascinación por la vida y sobre todo, la muerte, Lovecraft desde el asombro y la curiosidad por lo misterioso, lo paranormal y lo fantástico (horror cósmico). Dos genios absolutos del terror que establecieron las bases del género en la época contemporánea actual en Occidente. Otras influencias japonesas indudables en la obra de Junji Ito son Kazuo Umezu, considerado padre del género en Japón así como Yasutaka Tsutsui, Hideshi Hino y el escritor Edogawa Ranpo.

GYO
Uzumaki
Lo mejor de Junji Ito

La obra que nos ocupa hoy es una de sus muchas y fascinantes creaciones, por nombrar algunas de ellas encontramos entre sus títulos más relevantes Gyo, Tomie, Sensor, Venus in the Blind Spot (Lo mejor de Junji Ito), Shiver, Frankenstein y Smashed que son publicadas en exclusiva por la editorial ECC en España. Solo puedo decir que leer a Ito es como comer patatas fritas, una vez que las pruebas es imposible parar, Junji Ito ha creado algo más que un estilo visual, más bien un concepto en sí mismo de la creación artística del terror inconsciente aunando la deformación física y mental de sus personajes hasta su disolución. Su interpretación va más allá de lo bizarro para adentrarse en mundos desconocidos que afectan lo real y lo cotidiano. Es una confrontación de fuerzas ocultas que desatan la locura en la mente de las víctimas, incapaces de escapar a las influencias exteriores. Todo ello orquestado narrativamente con un estilo muy limpio y detallado a dos tintas, sencillo, pero brutalmente efectivo, pues el blanco y negro permite el juego del claro oscuro al igual que el cine noir posibilitando crear escenas oscuras y terribles a la vez que luminosas y apacibles. Todo este juego Junji Ito lo maneja como el auténtico maestro que es.

Sin embargo no queda ahí todo, el universo de Junji Ito parece no tener límite cuando observamos que no existe frontera entre lo animal, lo humano y la hibridación kafkiana que experimentan sus personajes víctimas de su destino. ¿Es posible escapar del misterio y lo trágico? Cuando leemos las historias de Ito intuimos que difícilmente hay escapatoria, como un fatum predeterminado nada se escapa a él en una suerte de acontecimientos inciertos que deambulan por los escenarios cotidianos donde habitan sus protagonistas. Este es otro factor psicológico que incorpora Junji Ito a diferencia de otros autores, la incertidumbre de los acontecimientos, al igual que la vida es incierta los acontecimientos en las historias de Ito también sobrevuelan la escena azarosamente.

Otro elemento fascinante en las historias de Ito son los engendros que surgen de la transformación física de los personajes, Ito no se queda a medias tintas para mostrarnos la crudeza de la sangre, las vísceras y el sufrimiento cuando las víctimas son devoradas por las llamas, entran en metamorfosis animal o bien caen en una posesión infernal. Historias como Caracolenses, Placentas o El faro bien dan muestra de ello, la inocencia juvenil queda destruida y masacrada por extrañas fuerzas místicas desconocidas, lo desconocido siempre es incierto, y lo incierto posee ese aura de misterio que genera miedo y por ende terror, ese es Junji Ito, maestro del terror.

Igualmente una potente mezcla de mitología y misticismo subyace en el trasfondo de las historias de Ito que nos hacen recordar las historias de Lovecraft y sus seres primigenios, recordemos, semidioses extraterrestres ocultos en las profundidades de nuestro mundo capaces de dominar y corromper a los seres humanos (lo que vendrían a ser los Nazgul en la obra de J.R.R. Tolkien El señor de los anillos).

Mira en las profundidades de tu propia alma y aprende primero a conocerte a ti mismo, entonces entenderás por qué esta enfermedad te atacó y quizás de allí en adelante evites enfermarte.

S. Freud

Locura, quizás esta sea la palabra que defina mejor el proceso que transitan los personajes de las obras de Ito en su breve transformación hacia otro ser. No el concepto de locura interpretado al estilo tradicional como el loco que ve realidades deformadas de manera distinta al resto de las personas, sino locura como aceptación de una realidad que es inevitable, real, superior a cualquier ficción que se haya podido escribir, locura como realidad similar a la del holocausto nazi vivida en los campos de concentración alemanes, o en la franja de Gaza Palestina, ese tipo de realismo circundante del que es imposible escapar y se asume como normalidad.

Nada escapa al ámbito de lo posible, ni tan siquiera el canibalismo, todo puede suceder en los mundos creados por Ito, todo acompañado por un nivel de detalle en el estilo gráfico certero y preciso que nos adentra en un realismo profundo y muchas veces sombrío, los elementos son diversos y variopintos, body horror, horror cósmico, canibalismo, obsesión compulsiva, masas de población zombificadas… y siempre acompañado por el factor psicológico de los personajes donde la pérdida de la identidad es el sello de la casa, no estamos ante un autor que presume de crear escenas simplemente dentro de un estilo gore o bizarro, Ito va más allá adentrándonos en la tragedia de la vida cotidiana de un pueblo y sus habitantes (Uzumaki) que no van a ser capaces de escapar a su destino trágico. Una obra en la que sus personajes participan de la filosofía pesimista de Schopenhauer como si de una pesadilla se tratara, una pesadilla sin final, sin salida ni escapatoria.

Por todo esto y lo anteriormente dicho recomiendo encarecidamente la lectura de las obras de Junji Ito, absolutamente imprescindibles para disfrutar de la evolución del género de terror que seguro hará las delicias de lectores aburridos de historias tradicionales que buscan encontrar algo innovador y diferente. Y recordad, llevad cuidado con las espirales.


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13 de marzo de 2025

Hace años, paseando cerca del mercado, en Murcia, entré en una tienda comiquera. Deambulando por sus pasillos una portada me llamó la atención, era oscura y grotesca.

Así conocí a Junji Ito. Desde entonces, como si de una espiral se tratara, no he dejado de encontrármelo en librerías, tiendas frikis, convenciones, plataformas televisivas, y conversaciones.

Coincido totalmente con la excelente crónica, se nota que ha habido un estudio previo del autor y su obra, en la que se acerca a Junji a figuras tan relevantes para los amantes de este género como lo son Lovecraft y Poe.

Es más, si tuviese que citar a un director cercano a las imágenes a las que nos somete Junji sería sin duda Cronenberg y su horror corporal, padre de la Nueva Carne.

En definitiva, muy buena crónica para introducir y asimilar a nuevos neófitos en este particular, terrorífico y ansiado universo.

Basil RD