III – Hay un poema

III – Hay un poema

Hay un poema a cada instante
a cada paso, en cada pliegue.

Hay un poema que a pesar de la ceguera
va marcando cual sextante
cicatrices y relieves.

Las calles inundan un llanto
que el poema recoge y requiere,
y en los zapatos del poeta
aunque en su verso no llueve,
hay una enseña como poema
que en la habitación se hace tragedia
y en los portales espanto,
que grita al poeta en su manto
y que por las mañanas, muere.

Hay un poema a cada instante,
a cada paso, en cada pliegue,
y que al salir la aurora
acude presto a la eslora
del bote de su naufragio,
mientras guarda en bolsillos demoras
dispuestas para otro canto.

Hay un poema, a cada instante,
a cada paso, en cada pliegue.

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