Conocer en el universo de Groo es adentrarse en el mundo desconocido de lo absurdo, un lugar donde la lógica pierde su propósito y reina el más absoluto caos, ahí es donde encontraréis a Groo y su fiel compañero de aventuras Ruferto. Y es que Sergio Aragonés se puede decir que es un historietista hecho a sí mismo, al igual que Groo, un luchador que ha conseguido abrirse camino en el difícil mundo del cómic a base de capa y espada, como la mayoría de sus compañeros de profesión. Sus primeras publicaciones realizadas en los EE.UU. donde llegó en 1962 con tan solo 20$ en el bolsillo fueron a través de la revista MAD una vez hubo abandonado México donde había estudiado la carrera de arquitectura. Cabe decir que su padre trabajó como director de cine e incluso el mismo Sergio Aragonés se relacionaba con grupos de interpretación entre los cuales se encontraban personajes tan carismáticos y singulares como nuestro ya conocido Alejandro Jodorowsky, es evidente que en la familia de Sergio Aragonés había una clara inclinación y atracción por la estética y las artes escénicas.
En 1966 comienza a colaborar con la revista francesa Pilote donde conoció al guionista Mark Evanier con quien fundó la asociación en defensa de los derechos de los dibujantes de tiras de prensa y comics (Comic Art Professional Society CAPS), como podemos ver el tema de los derechos de autor es una constante desde hace décadas, lo vimos también con el historietista y colorista Eddie Campbell que publicaba el Manifiesto de la novela gráfica como una sátira ironizando sobre el trabajo y las obras de los profesionales relacionados con las artes gráficas.
En el año 1977 llegaba la primera historieta de Groo “La música de Murkos“, estos primeros ocho números fueron publicados entre 1977-1982 por la editorial Pacific Comics siendo reeditados posteriormente en un recopilatorio llamado “Las Crónicas de Groo“, de ahí pasó a publicarse un número especial en la editorial Eclipse Comics (1984), y de nuevo otro salto editorial esta vez a Marvel bajo el sello Epic donde Sergio Aragonés y Evanier trabajaron por una década completa entre 1985-1995 con unos 120 números publicados. Finalmente tras abandonar Marvel Sergio Aragonés aterrizó en la editorial Dark Horse donde publicó unas cincuenta publicaciones con nuevas aventuras de Groo.



Tras esta puesta en contexto del autor y su obra pasemos a comentar acerca del verdadero protagonista de este artículo, Groo el vagabundo. Sin duda lo primero que nos llama la atención es su nombre tan peculiar, un nombre que verdaderamente no tiene significado alguno, según mi manera de entenderlo materializa la semántica en fonética como si de un gran rugido se tratara. Podría decirse que el absurdo en Groo comienza por su propio nombre, lo cual ya nos da unas pistas sobre el resto de sus atributos.
Las historias de Groo, continuando en la dinámica anterior, carecen de cualquier guión o trama elaborada, de lo contrario habrían exigido una planificación detallada y exhaustiva (aunque ciertamente esto no es así). En la narrativa de Groo la muerte, destrucción y el caos son protagonistas principales, sin embargo, no como un elemento intencionado sino más bien como elemento consustancial al propio personaje, es decir, Groo anticipa todas las desgracias posibles imaginables allá donde los caminos le lleven. De la misma manera en una suerte de no se sabe muy bien como las circunstancias siempre terminan transformándose en sucesos catastróficos reales tal y como si fuesen el anticipo de una premonición, fascinante. De igual manera la estética de Groo acompaña la trama, esta podría considerarse la anti-imagen de bárbaro que todos tenemos en nuestra retina, Conan, y que tantas veces hemos visto en las pantallas de nuestras televisiones. Groo es el antihéroe perfecto, el reverso absurdo de todos los valores establecidos en el género de aventura y acción fantástica.
Groo es un cómic sin igual porque el arte de Sergio es único y distinto a cualquier estilo del mercado. Surgió de la pasión de Sergio por la pantomima y el humor universal, que a su vez ha inspirado a generaciones de artistas. La comedia de Groo es humana, reconocible para todos. Un estilo consolidado de aventura y humor que siempre es popular en el mundo del entretenimiento, desde Charlie Chaplin hasta Bob Esponja y más allá. Humor visual y basado en los personajes, comprensible sin importar la cultura o el idioma.
En cuanto al diseño gráfico de la viñeta es perfecto para el propósito que se nos quiere contar y el cómo se nos quiere contar. Con un estilo desenfadado y una paleta de colores amplia que nos recuerda el estilo del cómic humorístico clásico, composiciones recargadas, rasgos exagerados, líneas arquitectónicas imposibles o deformadas, todo forma parte del sentido surrealista e imaginario del mundo irreal de Groo, una propia deformación igual que los propios pensamientos del (anti) héroe. También encontramos influencias de cómics como Asterix, o la revista MAD con la que trabajó en sus inicios, todo ello encaja perfectamente con el carácter desenfadado de las historias relatadas.


Parte de esta locura es responsabilidad de Mark Evanier, reputado guionista que trabajó durante años para televisión en series como Scooby Doo, Dragones y Mazmorras, Casper o McGyver y que sin duda supo aprovechar todas las ideas y circunstancias posibles para adaptarlas al universo de Groo creando algo único y diferente, y es por esto que las historias de Groo poseen ese toque de ingenuidad e inocencia que hacen de él un personaje cautivador y adictivo, una vez que has leído una historieta de Groo acabando muerto de risa ya no es posible la marcha atrás, aparece la necesidad de volver a leer otra nueva historia de caos imprevisible y descontrol absoluto, es la magia de Sergio Aragonés y Mark Evanier, dos artistas del humor absurdo universal por momentos surrealista.
Cabe destacar que la obra de Groo fue evolucionando en su contexto incorporando personajes divertidísimos tales como Taranto y su banda de ladrones o las brujas Arba y Dakarba, Ahax, un capitán de barco al que Groo hunde siempre su nave cada vez que se sube en ella, Chakaal, la hermosa mujer-guerrera por quien Groo profesa un amor no correspondido, Groella, la hermana y archienemiga de Groo, Taranto y su banda, ladrones y mercenarios que suelen utilizar a Groo para conseguir sus fines, Arcadio, héroe apuesto y narcisista que suele llevarse todos los méritos de las gestas hechas por Groo… como en una obra de teatro cada uno aporta su característica particular a las aventuras (desventuras) de Groo cual Don Quijote, ya que sin duda este es el verdadero punto de genialidad, la vivencia de un mundo y una realidad tan solo percibida por el héroe convirtiendole en un loco individualista que cree estar al frente de una causa justa y noble.
Y ya van para casi cuarenta años de la primera edición de Groo en España, con sus altibajos, pero siempre con un estilo fiel al mensaje y enseñanza moral que su protagonista nos transmite, la ingenuidad (inocencia) y la verdad siempre estarán por encima de todo aun inclusive en las múltiples realidades que son percibidas por cada personaje de la historieta.
Necesitamos más héroes como Groo que nos hagan reír a carcajadas en este mundo sinsentido y decadente, héroes de alma incorruptible fieles a sus principios donde la justicia (si es que esta existe) sea el valor que prime por encima de todos los demás. Larga vida a Groo! (y Ruferto).
INFO
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