VI – Canto de poeta
En mi canto de poeta
el agua limpia impurezas
de un odio que está de paso,
pues ira trae en la maleta
y sólo palabras y letras
traen a mi alma… descanso.
En mi canto de poeta
los versos niegan
de mi ira, zafarrancho,
y traen las rimas secretas
a mi mente y a mi conciencia,
de paz… un nuevo relato.
La fuente, que siempre despierta,
garganta perdió por disparo,
permite a quien se le acerca,
romper vallas y puertas
con poemas hoy lejanos.
Y es, en ese canto de poeta,
suave brisa en mi rostro espartano,
donde los versos acunan dichas que
en mi mente nacen
y fallecen entre mis brazos,
sobre una hoja de papel,
donde cobran vida fiel
y hacen a mi corazón… humano.
En ese cantar de poemas,
narro pasado y vida
de una memoria que aún respira
y que hoy es carne y ayer fue barro.
Y es, en ese canto de poeta,
sombra libre de mi silueta
donde hallé al fin un cielo claro,
un cielo, el del poeta,
que nace libre y muere al raso,
mientras vela un alma inquieta
que sabe que no es eterna
que es presente y es ocaso.
Así, sin más,
en ese canto de poeta…