Switched-on Bach (1968)

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La primera vez que este tipo de sonidos captó mi atención me parecieron extraños, de hecho no llegaba a comprender el sentido de reinterpretar obras que ya estaban ahí, creadas con el propósito de perdurar en el tiempo y ser reproducidas con instrumentos clásicos para los que habían sido compuestas. Un poco más adelante fuí comprendiendo que en general, el ser humano reinventa los conceptos para adaptarlos a su tiempo presente, somos pues sin duda alguna entidades dependientes completamente sujetas a nuestra época y circunstancias. Esto es lo que sucedió con los protagonistas de este artículo, el/la compositor/a y músico/a Walter/Wendy Carlos y el ingeniero Robert Moog.

Wendy Carlos nacida en Rhode Island (EE.UU.) a los seis años ya estudiaba piano a la vez que aprendía de manera autodidacta teoría musical en la biblioteca del instituto, con diez compuso su primera obra “Trío para clarinete, acordeón y piano”. Tuvo una infancia complicada, marcada por la disforia de género sufriendo burlas por parte de sus compañeros de instituto mientras cursaba sus estudios. A los 14 años de edad construyó un sistema de alta fidelidad casero y diseñó una computadora que le valió un premio de ciencias, su talento comenzaba a manifestarse ya desde temprana edad como todas las grandes mentes, posteriormente continuó formándose en la Universidad de Brown, donde orientó sus estudios hacia la física y las matemáticas. De esta manera iba avanzando en su formación académica, en la Universidad de Columbia realizó un máster en composición (allí se creó el Columbia-Princeton Electronic Music Center, el primer centro de música electrónica de Estados Unidos) donde entró en contacto con algunos pioneros de la música electrónica como fueron Vladimir Ussachevsky y Otto Luening que sin duda despertaron su curiosidad por este tipo de sonidos abriendo la puerta a nuevas posibilidades y experiencias musicales, en esta universidad realizó su primera toma de contacto con un sintetizador RCA Mark II bajo la tutela de los anteriormente mencionados compositores, hay que resaltar que este proto sintetizador fue el primer sintetizador electrónico analógico programable y la pieza insignia del equipo en el Centro de Música Electrónica Columbia-Princeton. Diseñado por Herbert Belar y Harry Olson en RCA, el aparato electrónico se instaló en la Universidad de Columbia en 1957.

Robert Moog fue un ingeniero electrónico que estudió el bachillerato en la Escuela de Ciencias del Bronx, física en el Queens College, después ingeniería eléctrica en la Universidad de Columbia y finalmente un doctorado en ingeniería física en la Universidad de Cornell en el año 1965. Su andadura profesional en el mundo de la música electrónica comenzó desde temprana edad con la construcción de theremines caseros y artesanales por encargo que posteriormente pasó a vender como kits de construcción educativos lo cual le permitió contar con un fondo económico suficiente para afrontar su siguiente creación cuya idea vino de mano del compositor experimental Herbert Deutsch, quien en su búsqueda por sonidos electrónicos nuevos, inspiró a Moog a crear su primer sintetizador, el Moog Modular Synthesizer. Este primer prototipo aunque funcional carecía de diversas funcionalidades que Wendy Carlos sugirió a Robert Moog que incorporara como fueron un teclado deslizante sensible al tacto además de un generador polifónico capaz de producir acordes y arpegios entre otras características, esto posibilitó que el sintetizador modular Moog evolucionara alcanzando nuevas cotas de precisión y posibilidades haciendo posible su uso para la composición de obras musicales experimentales. La materialización de todo este trabajo colaborativo dió como resultado el primer LP comercial de música electrónica “Switched-on Bach” de 1968, el cual fue un éxito de crítica y ventas obteniendo 3 premios Grammy (mejor álbum clásico, mejor interpretación clásica y mejor álbum clásico mixto) marcando así el inicio de la era del sintetizador moderno.

Llegado este punto es necesario definir el concepto de sintetizador analógico puesto que éste es muy distinto a los aparatos modernos digitales que se fabrican hoy en día, es decir, un sintetizador analógico es un instrumento electrónico que genera sonido usando circuitos eléctricos analógicos en lugar de procesadores digitales o software. Por ello su sonido proviene directamente de señales eléctricas continuas que imitan o crean nuevas formas de onda sonoras, por lo tanto, el sonido puede decirse literalmente que es creado mediante electricidad, no reproducido desde una memoria (sintetizadores modernos) con un tono predefinido, esto significa que incluso las condiciones medioambientales de temperatura, humedad y presión influyen en la tonalidad de la nota al igual que sucede con las cuerdas de origen natural (no sintético) de instrumentos de cuerda como la guitarra, violín, etc.

Sin ánimo de entrar en demasiados parámetros técnicos señalar que un sintetizador analógico está compuesto fundamentalmente por cuatro componentes: Osciladores que generan las ondas básicas del sonido (seno, cuadrada, diente de sierra, etc.). La frecuencia del oscilador determina el tono (la nota que oyes). Filtros que modifican el timbre del sonido, eliminando o acentuando ciertas frecuencias. Por ejemplo, un filtro pasa-bajos “suaviza” un sonido brillante. Amplificadores, que controlan el volumen del sonido a lo largo del tiempo (inicio, sostenido, decaimiento…), y envolventes que modelan cómo cambia el sonido con el tiempo (por ejemplo, cómo una nota empieza fuerte y se desvanece lentamente). Ahí queda ese apunte técnico para los más curiosos.

Robert Moog

El legado de Robert Moog ha sido, podría decirse, casi tan importante como la propia aportación de Wendy Carlos a la música contemporánea, dos creadores, cada uno desde su ámbito de especialización, que elevaron la música a otro nivel. No es exagerado por lo tanto decir que tanto la aportación de Moog y su sintetizador como la visión de Wendy Carlos a la música ha sido y es incalculable, una pareja asombrosa y genial como en otros momentos de la historia lo fueron, recordemos, Charles Babbage y Ada Lovelace, Marie Curie y Pierre Curie, y otras tantas. Algunos de los muchos géneros musicales en que se utilizó su invento fueron el rock progresivo, el rock psicodélico, la new wave, heavy metal, el hard rock, glam metal, rap, etc… todos ellos participan de alguna manera de la herencia de Robert Moog y los sonidos de su sintetizador electrónico analógico.

Sin embargo, la trayectoria de Wendy Carlos seguiría en ascenso mientras que la de Robert Moog se atascaba en cuestiones comerciales, legales y económicas al dedicarse por completo a la comercialización de su producto. Wendy comenzaba su colaboración con otros artistas como Steven Lisberger y Stanley Kubrick adaptando piezas clásicas de Purcell, Beethoven y Rossini para películas como el clásico de terror El resplandor (1980), en otras ocasiones creando otras composiciones de forma original, La naranja mecánica (1971), así como incluso abordando temas futuristas para otros films como el de Lisberger Tron de 1982. Se vislumbraba todo un mundo de nuevas posibilidades y mundos sensoriales asociadas a este nuevo sonido tan distinto como innovador por lo que artistas vanguardistas como Kubrick ansiaban incorporarlo a sus creaciones cinematográficas.

Trabajos posteriores exploraban otros ámbitos musicales como la música ambiental, en su álbum de 1972 Sonic Seasonings, un doble álbum en el que cada una de las caras estaba dedicada a una estación del año y que consistía en paisajes sonoros ambientales y experimentales. El disco supuso una desviación significativa de su trabajo anterior y fue considerado el primer álbum de música ambiental. Luego en 1986 llegaría Beauty in the Beast, disco en el que utilizó un sintetizador digital llamado «Sistema de Música Digital» para crear música que imitaba los sonidos de la naturaleza. El disco tuvo una excepcional acogida y demostró la habilidad de Carlos para innovar y experimentar con tecnologías nuevas.

Al igual que en su carrera profesional Wendy Carlos era fiel a sus principios. Una vida marcada por un gran deseo de privacidad y respeto por su identidad durante parte de su vida que finalmente hizo pública en 1979 a través de una entrevista a la revista Playboy donde se manifestaba abiertamente como persona transgénero, lo cual hizo que surgieran adversidades y opiniones contrarias con las que tuvo no solo que enfrentarse sino además posicionarse como defensora de los derechos de la comunidad transgénero. Wendy Carlos puede ser considerada no solamente como una mujer visionaria, sino una artista creadora de un nuevo género musical contemporáneo que trasciende hasta nuestros días.

Es curioso a la vez que inevitable como al otro lado del océano surgían otros artistas también importantes que incorporaban esta tecnología llevando a cabo obras relevantes de la misma manera, y aunque no originales como Wendy Carlos si que merecen reconocimiento por su habilidad y talento, como el japonés Isao Tomita que reinterpretaba la obra del compositor de música clásica Claude Debussy a través de piezas famosas como Claro de luna o Arabesque nº1 mediante este nuevo sonido.

Así que hasta aquí este pequeño fragmento de la historia musical que abría un capítulo interesante a la exploración de nuevas sensaciones musicales, nuevos mundos sensoriales, por que la música nos conecta directamente con la emoción y el recuerdo de experiencias vividas, por lo que siempre es tan necesario no olvidarnos de la música y sus efectos… terapéuticos o de trance, según el momento.


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