La mente crea monstruos, el corazón sueños, y si no fuera así probablemente no existirían los poetas e incluso los criminales, pues todo forma parte de una misma conciencia. Y es que cada vez vamos conociendo un poco más de este órgano casi desconocido que es el cerebro, un componente de nuestra estructura que desde antiguo no se tuvo claro el papel funcional que desempeñaba, por ello los egipcios lo extraían al momificar a sus muertos desechándolo, sin embargo, el corazón, este era muy distinto, el corazón suponía el elemento clave de la esencia humana, el papiro de Hunefer nos mostraba al tribunal de Osiris colocando el corazón del muerto en la balanza junto la pluma de la verdad (Maat) para decidir sobre su aprobación y así poder entrar al reino de los muertos. Se juzgaba al difunto por sus actos guiados a través de las emociones, los sentimientos, y el comportamiento, exáctamente igual que el cristianismo (cielo vs infierno), por lo tanto podría decirse que el mundo emocional, la razón guiada a través de la emoción, tenía más peso que el componente estrictamente racional al final de nuestras vidas. Quizás por todo ello nuestra mente-cerebro es la última frontera a explorar. Cuando el resto de órganos de nuestro cuerpo están ampliamente estudiados y documentados los tres elementos esenciales que nos definen como humanos: mente, cerebro y pensamiento aún guardan misterios, dudas y muchas preguntas que no se pueden responder desde la perspectiva tradicional cientificista cartesiana heredera de la Ilustración.
En primer lugar deberíamos diferenciar los tres elementos: mente, cerebro y pensamiento ¿acaso son lo mismo?. Debemos partir de la base entendiendo que cada uno de estos conceptos posee sus características singulares de la misma manera que hombres y mujeres, por el hecho de poseer una apariencia humana y elementos comunes, no podemos afirmar de ninguna manera que seamos morfológicamente iguales, ante todo poseyendo características funcionales biológicas tan diferentes entre sexos independientemente de la perspectiva sociocultural o de roles de identidad a lo largo de la historia, por lo que no entraré en la cuestión de género como constructo social y cultural por que ello nos llevaría a otro/s artículos de muy distinto propósito.
Establezcamos pues esta triada de elementos tan distintos como íntimamente relacionados como marco funcional del asunto que nos ocupa el presente artículo, si bien la cuestión biológica, es decir, lo físico, siempre tiene una mejor y más sencilla explicación en cuanto a la causalidad, lo cuantificable y sus relaciones, por ello el cerebro es en mi opinión el elemento más accesible en cuanto a su naturaleza por ser éste el componente material sobre el que se apoyan los otros conceptos de mente y pensamiento. Sin un sustrato físico y biológico no habría donde apoyar y seguir construyendo una teoría, una hipótesis del todo como conciencia unitaria. Y es que cada año se producen pequeños avances, ahora sabemos que las emociones, entendidas como un perfil predeterminado llamado a desencadenarse por percepciones sensoriales fisiológicas externas o inducidas artificialmente, están compuestas por circuitos neuronales que se encuentran almacenados en áreas ya identificadas del cerebro, sistema límbico – hipotálamo – amígdala según investigaciones y descubrimientos realizados por pioneros en la materia como los neurocientíficos Joseph LeDoux y Antonio Damasio entre otros.
“Todo fluye y nada permanece. Toda realidad es cambio”
Heráclito de Éfeso (544 a.C – 484 a.C)
Sin embargo esto abre la puerta a cuestiones más amplias contextualmente hablando, esto es, dos palabras sobre las que estamos realizando hipótesis como son Ciencia y Conciencia, comparten parte de la misma palabra, concretamente la raíz, del latín “scire” (saber), porque ambas se refieren al conocimiento, sin embargo, llego a pensar que se han separado en dos mundos distintos, ciencia para la búsqueda en lo externo, y conciencia para lo internamente humano… pero, ¿esto es realmente así? ¿Acaso no propone la física cuántica un cambio de paradigma a través de una conciencia universal y holística de la que todos participamos al igual que cada célula de nuestro cuerpo posee en su ADN la secuencia (y potencialidad) para replicar el cuerpo completo, me recuerda al maestro Aristóteles y su teoría del acto y potencia, otra vez de nuevo XXV siglos después. ¿Acaso esta propuesta no nos recuerda filosofías orientales que proponen la transmigración de las almas una vez el cuerpo muere tal y como sugiere Federico Faggin y otros teóricos cuánticos? No solamente científicos relacionados con la física sino también con el ámbito de la medicina tras dedicar décadas de estudio a las ECM (Experiencias Cercanas a la Muerte) como el Dr. Manuel Sans entre otros. ¿Es posible que exista una relación todavía no descubierta entre todas estas hipótesis y fenómenos que desde hace pocas décadas son objeto de estudio pero que a lo largo de la historia se han intuido a falta de una demostración científica?. Y esto me lleva a reflexionar sobre más opciones que quizás Occidente ha pervertido o desvirtuado, es decir, ¿y si la propia definición de lo que es ciencia y conciencia están fundamentadas en unos principios incluso etimológicamente hablando, equivocados?, si el lenguaje define nuestra realidad, entonces estamos en una mentira o apariencia que es no es la realidad (¿The Matrix de nuevo?) debido a que estos conceptos son erróneos y por lo tanto nuestra realidad es sesgada, limitada o deformada respecto a como realmente es… ya sabemos que tan solo percibimos una pequeña parte de la realidad a través de nuestros sentidos y además de manera subjetiva, lo que yo percibo no es interpretado como lo percibe otro sujeto, por lo tanto la vida podría considerarse como una experiencia personal y subjetiva irrepetible e irreplicable.
Por lo tanto basar todo nuestro conocimiento sobre la base de una perspectiva errónea supone levantar una torre desde un terreno inadecuado para tal propósito destinando tal propósito al fracaso. Por lo que a partir de aquí comienzan nuevos caminos desde la perspectiva cuántica que sí ofrece la posibilidad de encontrar hipótesis posibles, a diferencia de una visión clásica binaria limitada por la física clásica de Newton.
Entonces, si clasificamos el cerebro como la base física material sobre la cual se apoyan los términos mente y pensamiento, ¿donde ubicamos estos dos otros conceptos inmateriales? Me gustaría comenzar a plantear la mente desde la perspectiva que más me acerca al ámbito funcional, esto es, como el conjunto de impulsos eléctricos y procesos que se desencadenan a través de los circuitos físicos del cerebro dando lugar a todo un mapa entrelazado de combinatoria y probabilidad cuántica. Soy un firme creyente de ideas intuidas y no demostradas como predijo Heráclito de Éfeso, todo es un permanente cambio, nada es estático, la mente es una increíble máquina de procesar impulsos eléctricos e información tanto nueva como almacenada en nuestra memoria para terminar culminando segundo a segundo tomas de decisión, nuestra mente es la encargada de aceptar o desechar en un horario 24/7 cualquier tipo de resolución a las que nos vemos sometidos diariamente, un flujo constante que no siempre somos capaces de mantener en condiciones óptimas, como si de una máquina perfectamente sincronizada y eficiente se tratara, la mente es capaz de elevarnos a la genialidad más absoluta y al horror más incomprensible que el ser humano es capaz de llevar a cabo. Podemos incluso pensar que la mente es imparcial, neutra, pero al mismo tiempo moldeable, hay un margen de posibilidad para hackear nuestra mente tanto desde la neuroplasticidad como desde la farmacología que desde tiempos remotos ha fascinado al ser humano, sino, ¿por que buscamos en nuestra mente la conexión con el inconsciente? ¿por qué deseamos conocer nuestros pensamientos más profundos para traerlos a la consciencia? ¿por qué cualquier tipo de droga nos atrae misteriosamente hacia el autodescubrimiento (el otro yo)? Tanto Ortega y Gasset como Freud anticiparon en sus estudios el conocimiento que ha sentado las bases de la neurociencia hasta nuestros días a través de conceptos como el de neuroplasticidad o profundidad del inconsciente, todo ello en mi opinión irrebatible, aunque sólo representen una fracción en el descubrimiento de este acto, un estado constante, a medio camino entre lo material y lo metafísico que llamamos mente.
«Camina lento, no te apresures, que a donde tienes que llegar es a ti mismo»
Ortega y Gasset (1883 – 1955)
Pensamiento, sin duda un acto intelectivo de la mente, un área de estudio que el primer gran filósofo moderno Immanuel Kant claramente diseccionó a través de su análisis trascendental sobre el acto de adquisición del conocimiento a través de su argumentación filosófica expuesta en “Crítica de la razón pura“, es decir, la crítica como legitimación de la ciencia. El punto que me resulta de especial interés relacionado con este tercer concepto es el de la creación de nuevos conceptos formados a través del conocimiento a priori, Kant realiza una completa reformulación sobre la adquisición del conocimiento y el origen de la razón rebatiendo con ello todas las anteriores corrientes filosóficas que incluyen a los antiguos pensadores como Platón, Aristóteles, Pitágoras, los filósofos medievalistas San Agustín, Santo Tomás y los nuevos filósofos como Descartes, Leibniz, Spinoza y Hume. Como vemos el origen de la razón/pensamiento es un tema, en mi opinión, incesantemente buscado a lo largo de la historia de la humanidad.
Sin embargo que causas y factores son los que promueven la esencia del logos, el nous, la razón, o pensamiento siguen siendo un misterio para la ciencia, artistas como Stanley Kubrick dotaron a civilizaciones alienígenas con el poder de implantar la razón en especies primitivas que irían evolucionando hasta alcanzar su madurez y ser capaces de trascender su propia naturaleza en aras de transformarse en un nuevo ser evolucionado, por otro lado la teoría biologicista-evolucionista de Charles Darwin apuntaba completamente hacia mecanismos biológicos que en un momento dado originaron la capacidad del lenguaje conceptual y el desarrollo de ideas abstractas en base a un cerebro que poseía un estado de madurez muy superior al del resto de seres animales, por ello la especie humana es el único animal cuyas crías necesitan de años de adaptación al medio natural a diferencia del resto de especies animales cuya adaptación es casi inmediata, el ser humano necesita desarrollar previamente una serie de habilidades propias de su condición que le posibiliten sobrevivir en el medio a lo largo de los primeros años de vida hasta conseguir su independencia, se ha oído decir que algunos individuos tardan hasta 40 años en independizarse.
El pensamiento recoge todas las inferencias propias de cada ejemplar, singular y único en su especie, un conjunto de cualidades éticas, culturales, abstractas que generan la personalidad individual y característica de cada uno de nosotros. Como afirmaba el Dr. Manhattan en la película Watchmen (2009) dirigida por Zack Snyder, donde acaba la probabilidad y la estadística comienza el milagro, entendido como algo imposible, desconocido y misterioso que forma parte de nuestra esencia material e inmaterial. El pensamiento da lugar a las creaciones más increíbles a través de la imaginación y a las atrocidades más terroríficas cuando el ser humano se deshumaniza. Es un punto insondable, un misterio en sí mismo, a veces una amenaza para el sistema, otras una herramienta para interpretar el mundo en el que vivimos y dotar al ser humano con la capacidad de organizarlo a su conveniencia.
Por otro lado hemos de tener en cuenta que el pensamiento está íntimamente ligado a las emociones e igualmente a la percepción, comenzamos en este siglo actual a poner en valor el carácter cuántico de la realidad y cómo la mente estructura y procesa la información dando lugar al acto individual que denominamos pensamiento, más allá de la probabilidad y la combinatoria, más allá de la realidad acotada por el sistema binario digital clásico o la ya tradicional física newtoniana, es hora de dar paso a otro nivel de comprensión que abra nuevos caminos hacia el entendimiento del significado de “¿que es ser humano?”, una sola pregunta con multitud de respuestas como nos ilustraba Federico Faggin en su interesantísima entrevista.
Y hasta aquí otra breve e incompleta reflexión personal que plantea más preguntas que respuestas, pero que quizás sea el inicio del camino en la búsqueda de una comprensión plausible sobre la realidad individual y nuestro papel en el cosmos.
INFO
Entrevista Federico Faggin Panpsiquismo de la Información Cuántica. Aquí.
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